Los árboles doblados por el viento dan la sombra de un sol que brilla en un cielo azul y marcan el camino al mar. No queda ni una nube en el cielo, sinónimo de que la tramontana puede aparecer de repente y hay que estar alerta. Cual contracciones de un inminente parto, las ráfagas de viento seco e intenso se hacen cada vez mas frecuentes. El color oscuro del mar y el blanco de las espumas contrastan, pero no asustan mas que el agudo e intenso chiflido que se incrementa hasta ensordecer cruelmente las aldeas de pescadores del Mediterráneo, es entonces cuando la última ráfaga de viento se ha instalado y una manta de arena volando cubre la playa. En esa precisa circunstancia la tramontana ha llegado.
También a los Vientos siempre se los denominan por la dirección de donde proceden y nunca hacia donde van. La tramontana "de más allá de las montañas" es un viento frío y turbulento que en España sopla sobre las costas de Baleares y Cataluña. Puede durar varios días y a finales de invierno y en primavera alcanzar rachas de hasta 150 kilómetros por hora.
Desde siempre, su pujanza no solo ha moldeado el paisaje sino afectado la vida de sus habitantes, pues la creencia popular ha dictaminado que el viento tenaz, despiadado y perseverante de la tramontana lleva consigo los gérmenes de la locura. Sus gélidos, rotundos y perturbadores empujes, tienen algo de sobrenatural y son mas que un fenómeno meteorológico, un fantasma que amenaza a la población, que se entristece y baja su animo. Los Lugareños se deprimen y entran en estado de excitación nerviosa. El delirio alucinante de la tramontana no tiene explicación racional alguna, pero presagia un aumento del número de suicidios y crímenes violentos.
Una investigación viene a dar explicación de que los neurotransmisores cerebrales se alteran ante cambios climáticos como los provocados por este viento. Este estudio pone de relieve que los efectos psicológicos de la tramontana, que pueden ser negativos o positivos ya que se asegura que también estimula el genio artístico y las ganas de trabajar.
Súbitamente el mar calma sus aguas y el aire queda mudo, la arena de la playa queda prolijamente acomodada. La tramontana, que ha cesado su energía, lleva tranquilidad y una calma sesgada por cierta angustia por conocer los estragos que ha producido.
Lo cierto es que para los nativos, la vida es eso que transcurre entre tramontana y tramontana.
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